25/5/2022
Marketing
4 minutos de lectura
Cómo crear un producto que los clientes quieran comprar
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- Santander X Explorer
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O dicho de otra forma: cómo vender tu producto a cuanta más gente, mejor. Sabemos que es la pregunta del millón. Y tenemos la respuesta.
Todo en el emprendimiento pasa por ponerse en marcha. TO-DO (¡qué casualidad, el infinitivo del verbo “hacer” en inglés! Ejem, seguimos). Pero a veces, el miedo al fracaso y otras excusas nos frenan (aquí, cómo vencerlas). Muy bien, ¿qué pensarías si te dijéramos que quizá la ejecución perfecta de tu idea no es tan importante? ¿Que puedes cometer errores incluso garrafales y conseguir que tus clientes, de todas formas, paguen dinero por tu producto o servicio? ¿Y que los fallos se olvidan, se pasan por alto, si haces bien una cosa (y solo una)?
Para tener éxito, la clave es entender a tu público de tal manera que piense que has creado tu producto específicamente para lo que necesita. Que cada persona perciba que has concebido tu servicio pensando en ella. Todos queremos sentirnos comprendidos: somos seres humanos y buscamos esa conexión con nuestros semejantes.
¿Cómo se logra eso? Amy Hoy, de Stacking the Bricks, lo explica en pocos pasos:
- Ve a buscar a tus clientes a su “hábitat”.
- Háblales en su idioma.
- Haz que se sientan comprendidos.
- Anticípate a sus preguntas, dudas o problemas.
De esta forma no crearás una necesidad de tu producto, sino al revés: encontrarás la necesidad que tus clientes precisan resolver y ofrecerás algo que solucione su problema. Puedes hacerlo en tres pasos:
- Pregúntate quién es tu público. No hace falta buscar nichos exóticos o ponerse muy creativo; puede ser algo sencillo, cercano. Y piensa que puedes cambiar de objetivo cuando encuentres otra solución a otro problema de otro grupo de personas.
- Ahora que has definido tu “audiencia”, piensa qué necesita y qué querría comprar. Ya te habrás dado cuenta de que no puedes contestar esta pregunta si antes no tienes la respuesta a la primera… ¿ves por dónde van los tiros? Además, necesitas concretar lo máximo posible; de lo contrario, no llegarás a ninguna conclusión. Eso te supondrá varias horas de investigación y entrevistas, desde luego, pero merecerá la pena, porque encontrarás un patrón, una queja recurrente, una forma de solucionar las cosas que tu público busca y aún no tiene. Además, saber que actúas con datos que tú mismo/a has recopilado y que son ciertos, que funcionan, aniquilará la mayor parte de tus miedos.
- Todo esto nos lleva directamente al tercer paso: persuadir a tus clientes. Lo harás porque, tras tu arduo trabajo (no vamos a engañarte, estas cosas no llueven del cielo), tendrás clarísimo qué debes contar a tu público para convencerles de que tu producto es el que necesita. Ahora eres un experto en sus problemas y cuentas con el remedio.
Como ves, todo pasa por buscar datos reales. Ellos tienen la respuesta. Y, si quieres multiplicar tus posibilidades de éxito y probar sin riesgos si tu proyecto es viable, apúntate a Explorer; ¡la nueva convocatoria ya está abierta!
Fuente: Amy Hoy, Stacking the bricks.
Imagen de Gerd Altmann en Pixabay.