9/6/2022
Crea tu startup
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Olvida los nichos; encuentra la visión global de tu proyecto
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- Santander X Explorer
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Durante toda tu vida como persona emprendedora, has escuchado, escuchas y escucharás que “tienes que encontrar un nicho” para tu producto. ¿Y si no fuera necesario?
¿Cuántas veces has escuchado que para vender tu producto o servicio, primero has de encontrar el nicho de mercado correcto? “Sin un nicho, no tendrás un objetivo”. “Antes de nada, define tu nicho de clientes”. “Busca ese nicho en el que aún no haya nada como lo que ofreces”. Nicho, nicho, nicho. Pero, ¿qué es un nicho? Básicamente, se trata de un grupo de gente definido según ciertos datos o números:
- Jóvenes con habilidades tecnológicas entre 18 y 35 años.
- Amas de casa de mediana edad.
- Padres primerizos.
- Ingenieras con ingresos por encima de los 70k anuales.
- Defensores de los derechos de los animales.
Perfecto. Pero el éxito en el emprendimiento llega cuando tienes en cuenta las opiniones de las personas, no los atributos externos que las aglutinan. De hecho, tus mejores amigos pueden estar dentro del mismo “saco” que tú (universitarios entre 20 y 25 años amantes de la lectura, por ejemplo) y, ante el mismo producto, cada uno de vosotros pensará algo distinto. De ahí que “encontrar un nicho” sea un ejercicio que no sirve de nada… a menos que tengas clara la visión global sobre tu proyecto.
El poder de la visión global
La visión global de tu producto lo es todo, ya que posee la capacidad de atraer el interés y la atención de las personas: si sabes cómo interpretarla y manejarla, jugará a tu favor, llamando a los clientes adecuados.
Para ello, lo único que tienes que hacer es posicionarte. Si te esfuerzas en vender algo que se quede en un equilibrado punto medio para que nadie se sienta ofendido o “fuera de la fiesta”… lo estarás haciendo mal. Esa es la estrategia de los que piensan que su producto es “para todo el mundo”. Vender a “todo el mundo” es igual que vender a nadie, pues no crearás algo que conecte con tus potenciales usuarios.
Si, por el contrario, subrayas el rasgo que ha hecho surgir tu idea, aquello para lo que sirve, para lo que se ha concebido, las personas correctas llegarán a tu landing page y sabrán que has hecho algo específicamente para ellas. Nada le gusta más a un cliente que sentir que han escuchado sus necesidades. Además, hay otra ventaja añadida: evitarás usuarios no deseados, pues estos verán de antemano que tu propuesta no es para ellos. Todos contentos.
Por supuesto, nadie dice que olvides el branding, el mensaje, la segmentación. Todas esas cosas son importantes, ya que te permiten diferenciarte en un lugar en el que la competencia es feroz (aka: internet). Conocerás mejor a tus compradores ideales, lo que te posibilitará crear nuevos productos o servicios que estén dispuestos a adquirir. Aquí sí podrás ir del cliente a la idea, porque ya sabrás lo que quiere tu usuario. Aquí el nicho sí cobra sentido.
Pero todos estos aspectos estarán imbuidos de las creencias que has grabado en tu servicio o producto, de su visión global. Identifícala y, después, haz que encaje con la visión global de tu audiencia. Esta confluencia mística influirá en todo, desde las elecciones más triviales a las más importantes. Te creará un nombre, una marca y, lo más importante (para eso hemos venido) logrará que lleguen las ventas.
Fuentes: Amy Hoy (Stackingthebricks.com), https://www.miqodigital.com/.
Imagen de Tumisu en Pixabay.